Nuestra piel, al transcurrir el tiempo, disminuye su grosor como consecuencia de la pérdida celular, de agua, colágeno, ácido hialurónico, elastina, así como del tejido graso. Ello da como consecuencia la flacidez de la piel, la aparición de surcos y arrugas, así como la pérdida de los volúmenes normales del rostro. Las sustancias de relleno nos ofrecen una alternativa no quirúrgica a este problema. Si bien no reemplazan a una cirugía de rejuvenecimiento facial, en pacientes más jóvenes o en aquellas que no disponen de tiempo por motivos laborales o sociales es una excelente alternativa. Existen muchas sustancias que se pueden utilizar, de las cuales la más conocida es el ácido hialurónico, fabricado de forma que es compatible con nuestro organismo. Tiene una duración aproximada de 8 – 12 meses. Puede colocarse en surcos nasogenianos, arrugas profundas del entrecejo, labios, comisuras labiales; o dando volumen a pómulos y mentón. También puede colocarse lipoinjertos (grasa propia del cuerpo); sin embargo, gran parte de ella por lo general se reabsorbe en un plazo de 4 meses.