La mayoría de las quemaduras leves pueden tratarse en el hogar. Suelen sanar en el plazo de un par de semanas.

En el caso de las quemaduras graves, después de los primeros auxilios apropiados y la evaluación de la herida, el tratamiento puede implicar medicamentos, vendajes de heridas, terapia y cirugía. Los objetivos del tratamiento son controlar el dolor, extraer el tejido muerto, prevenir la infección, reducir la posibilidad de formar cicatrices y recuperar el funcionamiento.

Las personas con quemaduras graves pueden requerir tratamiento en centros de quemaduras especializados. Es posible que necesiten injertos de piel para cubrir heridas grandes. También pueden necesitar apoyo emocional y meses de cuidados de seguimiento, como fisioterapia.